Si una persona mayor se cae, es posible que necesite ayuda y atención médica inmediata para evitar consecuencias graves para su salud. Gracias a una nueva solución basada en radar que se puede instalar en dormitorios, pasillos y otras áreas clave de los centros de atención, el personal puede responder más rápido para ayudar a los clientes mayores y vulnerables en caso de una caída y garantizar los mejores resultados de salud posibles para ellos, respetando al mismo tiempo plenamente su privacidad.
Cuando empezamos a caminar siendo bebés, caernos es una parte natural del proceso de aprendizaje. Pero a medida que envejecemos, las caídas se vuelven más graves y, para algunos, pueden causar graves consecuencias para la salud de las que es difícil, o imposible, recuperarse.
De acuerdo con la Según la Organización Mundial de la Salud , las caídas son la segunda causa de muerte accidental en todo el mundo. Para las personas mayores, los riesgos asociados con las caídas son especialmente altos. Investigación de EE. UU. revela que más de una de cada cuatro personas de 65 años o más se cae cada año, y una quinta parte de esas caídas provoca una lesión grave, como una fractura de cadera o un traumatismo craneoencefálico [1] .
Es importante destacar que caerse solo una vez duplicará las posibilidades de que alguien vuelva a caer [2] . Por lo tanto, aquellas organizaciones encargadas de cuidar a personas mayores o vulnerables (como hospitales, residencias de ancianos y comunidades de jubilados) deben tomar medidas para identificar las caídas y tratarlas lo más rápido posible.
Los desafíos de la detección tradicional de caídas
La forma más sencilla de saber si alguien se ha caído es programar visitas periódicas para controlarlo. Pero esto requiere mucha mano de obra, puede parecer intrusivo y no es necesariamente efectivo, ya que alguien podría pasar más tiempo del necesario en el suelo (posiblemente herido) antes de ser descubierto. El tiempo inmediatamente después de una caída también es vital para mejorar los resultados de la atención, por lo que cualquier retraso en la búsqueda de clientes que se han caído puede tener consecuencias importantes para la salud.
En los últimos años, se ha desarrollado una gama de soluciones de detección de caídas y de "pánico". Entre ellas se encuentran las alarmas colgantes personales, que requieren que los clientes presionen un botón para alertar a alguien cuando se ha caído. Sin embargo, estos dispositivos tienen varias limitaciones.
En primer lugar, las personas deben optar por ponérselos y luego dejarlos puestos, algo que resulta especialmente difícil para las personas con enfermedades que afectan a la memoria, como la demencia. En segundo lugar, los dispositivos deben cargarse periódicamente para garantizar su correcto funcionamiento, lo que podría pasarse por alto. En tercer lugar, y quizás lo más importante, los usuarios deben presionar el botón de pánico para dar la alarma en caso de una caída, pero esto no siempre es posible si no pueden moverse o quedan inconscientes.
[1] y [2] Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades:
https://www.cdc.gov/homeandrecreationalsafety/falls/adultfalls.html